- Editorial:
- CENTRO DE ESTUDIOS PROCESALES
- Año de edición:
- 2009
- Materia
- Convivencia y resolucion de conflictos
- ISBN:
- 978-84-9924-176-0
- Páginas:
- 132
- Encuadernación:
- TELA
VIOLENCIA, MEDIOS Y MIEDOS
PELIGRO, NIÑOS EN LA ESUELA. LOS SENTIDOS DE LAS VIOLENCIAS
LAJONQUIÈRE, LEANDRO DE
Violencia, medios y miedos
El psicoanálisis, la educación y la infancia que supimos conseguir
Leandro de Lajonquière
Violencias y miedos
Daniela Gutiérrez
Los sentidos de las violencias en la escuela: un debate necesario previo a la definición de políticas y acciones
Carina Kaplan, Alejandro Spiegel, Maximiliano Durán, Sebastián Januszevsky y Laura Pipito
¿Qué violencia y qué escuela muestran los medios?
Ana Villanueva
La violencia escolar en los diarios
Ana Abramowski
Intervención psicosocial en problemas de indisciplina y violencia en escuelas secundarias
Claudia Lucy Saucedo Ramos
Violencia en la escuela: situaciones visibles en tramas invisibles
María Ferroni, Elida Penecino y Ángela Sánchez
Los puntos de vista de docentes y alumnos sobre la violencia escolar
Mirta Lidia Sánchez
Pensando la intervención. Una reflexión desde bambalinas
Sandra Nicastro
Peligro, niños en la escuela. Notas sobre los imaginarios que sostienen la moral de niño peligroso
Mercedes Minnicelli
>Los textos que presentamos buscan, desde ángulos distintos, desentrañar esa uniformidad que se sanciona bajo la rúbrica de la violencia y que no hace más que confirmar que el mal es exclusivamente exterior y sólo nos queda estar alertas y preparados para enfrentarlo. Que se encarna en ciertos individuos a quienes, en cada caso, debemos detectar y aislar.
En la escuela en particular, es habitual que una serie de opuestos configuren callejones sin salida ante las problemáticas reunidas bajo el nombre de violencia. La sociedad versus la escuela; la escuela - la familia; lo social o lo individual; el grupo y el sujeto; la patología - la normalidad... Atravesar esas oposiciones, establecer los pasajes, los pliegues y las zonas de intercambio, permitirá leer los fenómenos en distintos registros.
Una lectura implicada impone el esfuerzo por pensar, determinar especificidades, observar funcionamientos, diferenciar mecanismos, precisar características; pretendiendo menos el dominio absoluto de la cuestión que el construir coordenadas para seguir sus transformaciones, aprehender sus diferencias y delinear una cartografía posible que pueda ayudarnos para cada caso y para cada situación. Las formas y sentidos de las violencias podrán, entonces, encontrar otros nombres, diversas intensidades y mayores niveles de reflexión e implicación en las instituciones y por parte de los sujetos.